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La Atarraya de Mito

Cuenta el viejo adagio que había un pescador que le apodaban Mito.  Nunca se supo con exactitud porque pero así les llamaban.

Mi casa Punta Balandra, Samana
Entre las Atarrayas de los pescadores la de Mito estaba muy vieja y llena de remiendos. En ocasiones era objeto de burlas entre sus compañeros.  No solo por eso, sino porque no tenía la misma agilidad que los demás a la hora de correr tras el cardume de las sardinas.
Solo algunos compadres eran consciente de la situación y de vez en cuando y sin burlas compartían par de docena de sardinas con Mito.

Mito tenía un hijo de unos 11 años quien le acompañaba con frecuencia en la procesa de acechar las sardinas. Aunque por más que Mito mostraba la supuesta mancha de sardina en el mar, el confuso hijo nunca supo distinguir un cardume de sardinas y las algas marinas que se veían a lo lejos.

El Cayito
Todos miraban la mancha de sardinas aleteando en el mar dado que algún pez grande quería comer.  Como si fuera  una competencia de Feliz Sánchez en ese momento corrían como unos despretinao para atrapar algunas docenas del codiciado pez

Mito que cojeaba porque sufría de artritis nunca pudo alcanzar bien el cardume de sardinas ya que sus compañeros se le adelantaban y solo en algunas ocasiones pudo atrapar una o dos docenas de sardinas con su Atarraya llena de remiendo.


Un día luego de casi dos años de espera pudo tener una nueva Atarraya gracias a que su hijo de Higuey que le compró una Atarraya nuevecita. 
Nuestras cocina 
Luego de la Atarraya nueva el autoestima de Mito y de su hijo varón más pequeño se reboso, hasta el punto que su hijo decía a los demás pescadores “ríanse ahora, mi papá tiene una talaya (Atarraya) nuevecita” mientras Mito corría detrás de la mancha de sardina con una sonrisa de satisfacción.
Lugar donde se corría tras las sardinas 
Hombre pescando con Atarraya


Aún recuerdo la agradable sensación de acostarme a dormir sabiendo que mi madre había frito sardinas y que el día siguiente  la cocina olería a sardina frita y el desayuno era ñame con yuca y un mojito de coco.
En memoria del 4to aniversario de la muerte de Enrique Hernandez Trinidad (Mito) mi padre. Paz a sus retos.
Fotos cortesía de Justine Strom



                                                                                                       


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