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Se me enfría hasta el alma |
Cuando nací, tuve una segunda
oportunidad, la vida me chanceo al permitir que sobreviviera a una asfixia,
hasta que alguien se le ocurrió voltearme cabeza abajo y pude tener un suspiro
de vida, aunque no tenía el control de esa situación agradezco a quien lo hizo.
Sobreviví a una adolescencia
expuesto a peligros y riesgos que mis padres pocas veces se enteraron, desde ir
a lanzarme de un salto de muchos metros de altura sobre el río, hasta querer
nadar en el mar en medio de una tormenta, sobreviví a esta última, no sé de qué
manera, tal vez el instinto de supervivencia quiso que así fuera.
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Ahora es que falta mambo |
Mis primeros enamoramientos fueron
fracaso total, tenía los dientes muy grandes, espinillas producto de la
edad y una feura incomparable.
A mediado de mi bachillerato estudie
en un colegio donde todos éramos barones, no me preocupe ahí por mi belleza física,
me concentré en mis estudios y aun así, no logre ir a la primera convocatoria
de las Pruebas Nacionales, la profesora de Química me envió para segunda
convocatoria.
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Mi primer arbolito |
La vida me dio una segunda
oportunidad en las amistades porque logre rodearme de amigos que hasta hoy son un
referente de dignidad y colaboración, y gracias a ellos y a mi espíritu
luchador siempre di la talla hasta lograr superar mis deficiencias
intelectuales.
Luego de graduado sin honores, rodé por muchos
lugares buscando asiento en un trabajo que me suministrara no solo lo
económico, sino también la satisfacción personal del deber cumplido, antes de encontrar ese lugar fui,
recepcionista, mensajero, encargado de taller de piezas de vehículos pesados,
dependiente en una farmacia, ayudante en un restorán, digitador, profesor de música y demás cosas que no son
digna de mención.
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Nunca te dejes de sonreir |
De no ser por las segundas
oportunidades no estuviera escribiendo esto, no soy héroe ni quiero ser
referente de nada, pero de lo que si estoy seguro que hoy soy mejor ser humano
gracias a las segundas oportunidades.
Simplemente he sabido aprovechar
mis segundas oportunidades, tal vez no nací para las primeras oportunidades,
ahora bien no me quejo de lo que hasta ahora he logrado porque me siento
satisfecho y en paz.
Por eso debemos siempre mantener el ánimo para seguir adelante, pues cuando se nos acaba la primera, la vida puede tenernos una segunda oportunidad que sólo aprovecharemos si mantenemos la esperanza.
ResponderEliminarGracias por compartir estas experiencias, hermanito. Saludos.
Gracias hno. Por tu comentario y por leerme. Tu tambien tiene batallas que contar y se que se han escrito con sudor y mucho sacrificios.
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