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Mis segundas oportunidades

Se me enfría hasta el alma
La vida está llena de oportunidades, pero pocos tenemos la paciencia para hablar de los chances que hemos tenidos en esta vida, llena de contradicciones, peripecias y alegrías.

Cuando nací, tuve una segunda oportunidad, la vida me chanceo al permitir que sobreviviera a una asfixia, hasta que alguien se le ocurrió voltearme cabeza abajo y pude tener un suspiro de vida, aunque no tenía el control de esa situación agradezco a quien  lo hizo.

Sobreviví a una adolescencia expuesto a peligros y riesgos que mis padres pocas veces se enteraron, desde ir a lanzarme de un salto de muchos metros de altura sobre el río, hasta querer nadar en el mar en medio de una tormenta, sobreviví a esta última, no sé de qué manera, tal vez el instinto de supervivencia quiso que así fuera.

Ahora es que falta mambo
Al llegar a la escuela y ser el más manganzón, con 8 años de edad en un aula donde la mayorías eran menores que yo y donde acoplarme a las clases me costó bastante. Supere en parte mis escoyos escolares y a puros trancazo logre llegar al bachillerato.

Mis primeros enamoramientos fueron fracaso total, tenía los dientes muy grandes, espinillas producto de la edad  y una feura incomparable.

A mediado de mi bachillerato estudie en un colegio donde todos éramos barones, no me preocupe ahí por mi belleza física, me concentré en mis estudios y aun así, no logre ir a la primera convocatoria de las Pruebas Nacionales, la profesora de Química me envió para segunda convocatoria.

Mi primer arbolito
En la universidad mi deficiencia para analizar textos filosóficos me hicieron  incluir largas horas de estudios, pero eso no hizo que tuviera notas sobresalientes, fui de lo que siempre le daban segunda oportunidades en los exámenes.

La vida me dio una segunda oportunidad  en las amistades porque  logre rodearme de amigos que hasta hoy son un referente de dignidad y colaboración, y gracias a ellos y a mi espíritu luchador siempre di la talla hasta lograr superar mis deficiencias intelectuales.

Luego de graduado sin honores, rodé por muchos lugares buscando asiento en un trabajo que me suministrara no solo lo económico, sino también la satisfacción personal del deber cumplido,  antes de encontrar ese lugar fui, recepcionista, mensajero, encargado de taller de piezas de vehículos pesados, dependiente en una farmacia, ayudante en un restorán, digitador, profesor de música  y demás cosas que no son digna de mención. 

Nunca te dejes de sonreir
De no ser por las segundas oportunidades no estuviera escribiendo esto, no soy héroe ni quiero ser referente de nada, pero de lo que si estoy seguro que hoy soy mejor ser humano gracias a las segundas oportunidades.

Simplemente he sabido aprovechar mis segundas oportunidades, tal vez no nací para las primeras oportunidades, ahora bien no me quejo de lo que hasta ahora he logrado porque me siento satisfecho y en paz.


Comentarios

  1. Por eso debemos siempre mantener el ánimo para seguir adelante, pues cuando se nos acaba la primera, la vida puede tenernos una segunda oportunidad que sólo aprovecharemos si mantenemos la esperanza.
    Gracias por compartir estas experiencias, hermanito. Saludos.

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    Respuestas
    1. Gracias hno. Por tu comentario y por leerme. Tu tambien tiene batallas que contar y se que se han escrito con sudor y mucho sacrificios.

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