
Ya casi no existen súper héroes
así. Este amiguito todos los días que logre verle siempre tenía un saludo
afectuoso para mí y siempre decía con mucho respeto y gracia “mande” que a decir verdad le queda muy simpática a pesar
de su corta edad.
Este pequeño vive a plenitud
su alegría, juega como los demás niños y siempre; bueno casi siempre me dice que ha ganado un verde en la escuela, lo
dice muy orgulloso como si ya lo hubiera planificado la noche anterior.
La
verdad admiro la astucia y entusiasmo de este niño.
Haciendo memoria de las sonrisas
compartidas con este divertido e intrépido amiguito he descubierto de donde vienen
sus súper poderes. Siempre es costumbre que nuestro pequeño amigo coma mandarinas
al final de la tarde.

La ingenuidad y las sonrisas
sanas de un buen niño no tienen precio y se deben cuidar con mucho celo y carácter.
Nadie absolutamente nadie tiene derecho de hacer desaparecer o apresurar la imaginación
y la creatividad de un niño, simplemente hay que dejar que el niño sea,
descubra y viva sus etapas.
Para mi gran amigo Joel, un súper
héroe de ingenuidad y sueños que se alimentan de mandarina y emociones que nunca morirán mientra exista un alma sana y solidaria.
Este artículo forma parte de la 2ª edición del FUNICONCURSO “Publicación Solidaria” www.estudiarenfuniber.com
Este artículo forma parte de la 2ª edición del FUNICONCURSO “Publicación Solidaria” www.estudiarenfuniber.com
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