La competencia por conquistar el amor y la
atención de los padres es uno de los principales ingredientes
de las peleas entre hermanos. Cada uno quiere tener en exclusiva el
amor de mamá
y papá y no admiten rivales ni aceptan un reparto. Sobre
este terreno nace el rencor por los presuntos privilegios del rival, la envidia
por los resultados obtenidos por el competidor y las frustraciones personales,
que suelen descargarse entre hermanos.
Cuando hablamos de agresividad nos viene a la cabeza gente pegándose, insultándose o gritando. No obstante, la agresividad no es más que la manifestación de una emoción que subyace a ella: la ira. Cuando un niño reacciona y pega a su compañero, no debemos limitarnos a pensar que lo hace porque el otro le ha molestado, aunque es probable que así sea, sino recapacitar sobre qué valores estamos transmitiendo a nuestros hijos y qué modelos de actuación les estamos dando para que su respuesta inmediata ante un conflicto sea la agresividad o la violencia. Pero, ¿qué es la ira? Es una fuerza interna que surge de nosotros para dar respuesta a diferentes situaciones que vivimos y que nos producen tensión, malestar o frustración. No obstante, es cierto que ante las mismas frustraciones o situaciones negativas no todos respondemos de la misma forma; esta diferencia depende del temperamento de cada persona, pero también de experiencias previas, de los pensamientos y creencias, de los model
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